LUCES Y SOMBRAS.

Hoy me he enterado del fallecimiento de un amigo de la infancia, en trágico accidente de tráfico. Pero también he recibido la alegre noticia de que mi vecina y entrañable amiga M.J.R. está evolucionando muy bien tras la intervención quirúrgica de su cáncer de vejiga que fue, por ventura, diagnosticado a tiempo. Luces y sombras de la vida. Cada día es una caja de sorpresas y no hay que esperar nada más que vivir el presente con intensidad y con el amor como bandera. Si queremos aferrarnos a que nada cambie, llenarnos los bolsillos de dinero o a cerrar la mano al que te pide ayuda… el vacío acabará engulléndote, como un agujero negro atrapa todo lo que se le acerca. Todo es efímero y lo único que puede dar sentido a la vida es caminar allanando el camino a los demás. Pero no hay recetas universales. Yo creo en Dios. Y mi compromiso en esta vida fue puliéndose gracias a la experiencia y a estar atento y con los ojos bien abiertos. A abrirme a los trascendente sin complejos. Aprendí a meditar con mis maestros (lamas tibetanos y yoguis). Descubrí el destello fugaz de lo Divino es mis estudios teológicos y un compromiso liberador en mi ordenación sacerdotal. Trabajo todos los días en mi consulta médico-naturista privada y los fines de semana desarrollo mi labor pastoral como sacerdote episcopal de la Iglesia Anglicana. Y siguen apareciendo miles de preguntas en mi mente, pero… ¡que gratificante es sentir el regocijo de lo sagrado y la coherencia de lo profano en mi vida!

No dudes y busca, intenta liberarte del hastío y sé un explorador intrépido en el sendero de tu existencia.

Dentro de un rato, antes de acostarme, haré mi sesión diaria de meditación y rezaré mis oraciones cristianas, abriendo mi corazón a la dicha pacífica que dejan estos sencillos actos, como dulce poso, en mi corazón.