UNA VIDA "ANODINA".

Hace pocas semanas falleció un antiguo vecino con el que conviví en mi infancia, cuando el tiempo transcurría más lentamente y el sol del verano te bronceaba sin quemarte.
Era un hombre en el que destabaca siempre su eterna y plácida sonrisa. Ya por entonces me parecía "mayor" (para un crío de diez años un hombre de cincuenta es casi Matusalén).
Lo que más me impresionaba de él era su calma y tranquilidad. Nunca lo ví alterado, siempre saludaba a todo el mundo con esa sempiterna sonrisa y sus ojos eran reflejo de un profundo y apacible mundo interior.
Muchos le llamaban "el viudo", pues vivía solo y que yo sepa no tenía hijos. A su mujer no llegué a conocerla, pues según contaban había muerto hacía tiempo "de una enfermedad mala" (como si hubiese enfermedades "buenas").
Recuerdo que un día me caí de la bicicleta y me hice una pequeña herida en la rodilla. Por casualidad D. Santiago (así se llamaba) iba a entrar en el portal cuando acudió en mi ayuda. No dijo nada, solo me cogió en brazos y me llevó a una fuente cercana donde me limpió la rodilla con agua y en la farmacia contigua al edificio donde residíamos compró un apósito con un antiséptico. Me lo puso con una delicadeza extrema. Desde entonces para mi dejó de ser el "viudo" para pasar a ser el "doctor".
Nunca supe en qué trabajó, sólo sé que llevaba una vida de unas rutinas inalterables, pero se le veía feliz. En sus ratos libres, en una habitación de su casa, construía maquetas de barcos. Un día de Navidad me regaló una, que todavía conservo. Un galeón español precioso, de un realismo minucioso hasta el más mínimo detalle.
Hoy, décadas después, puedo afirmar que Santi podría ser hoy en día un lama, un monje zen o un iluminado. Su "anodina" vida (a ojos de los que piden a la vida oropel y fastuosidad) ha sido ejemplo de bonhomía y serenidad espiritual. Tuve conocimiento de su muerte a través de la esquela en la prensa. Tenía 97 años. Seguro que se ha llevado consigo su eterna sonrisa y los barquitos de madera que con tanta paciencia construyó.
Descansa en paz, "doctor" Santi.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
QUE DESCANSE EN PAZ. SEGURO QUE SI Y QUE TE SONRIE DESDE ALLA. SEGURO GUARDA TAMBIEN UN BUEN RECUERDO DE TI.

Preciosa historia, preciosa enseñanza que nos das aqui.

Un abrazo.

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