HACIA LA "ECO-TEOLOGÍA"
Estoy absolutamente
convencido de la necesidad de acercar posiciones entre el budismo y el
cristianismo en asuntos de vital importancia, como el de los Derechos Humanos,
por ejemplo. Debemos caminar hacia un ecumenismo
activo y tolerante, tratando
de encontrar un equilibrio entre dichas acciones por el bien común y dejar a un
lado las diferencias doctrinales, con el respeto a las confesiones religiosas
implicadas en ello.
Otro asunto de altísima
prioridad será el unir las voces para la salvación no solo de las “almas” sino
de la propia tierra y concienciarse de las consecuencias del cambio climático.
Sería una buena forma de “presionar” de forma pacífica pero firme a los gobiernos
para que adopten medidas realistas y no meras promesas que nunca llegan a
cumplirse. Y desde los púlpitos o templos budistas aconsejar y formar a los
fieles en un modelo de consumo responsable y con el menor impacto
medioambiental. Creo que la religión de
este convulso siglo debe acercarse a la tierra y enarbolar la bandera universal
de la “ecoteología”.
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