HABLAR DE ESPERANZA...

Puedo todavía hablar de esperanza y de ilusiones en un mundo que ha perdido su horizonte. Mi alma tiembla de espanto ante el holocausto imprevisible de Haití.
En mis noches de reflexión me pregunto también acerca de la violencia verbal y física de una sociedad que lo mismo puede mostrar su lado más luminoso como caer en el pozo oscuro y tenebroso del crimen más abyecto.
¿Es el karma? ¿Castigo de Dios? ¿Simple azar sin sentido?
No podría asegurarlo pero tengo una absoluta certeza: en medio del caos no hay que replegarse hacia la indolencia que anestesia las emociones sino poner en marcha la acción solidaria y enarbolar la bandera de la compasión como estandarte común.
Más allá de tus ideas y creencias, no busques respuestas, abre caminos.
Quizá sea la única forma de curar el alma colectiva de la humanidad.
Comentarios
Un abrazo.
Un abrazo.
Un abrazo.
Un fuerte abrazo.