EN MEMORIA DE MI PADRE
Mi querido padre:
Te escribo esta carta tres años después de tu fallecimiento. Todavía estoy aceptando que físicamente ya no estás entre nosotros. Mi último recuerdo es tu tranquilo y bello rostro dormido en el hospital, rogando en aquel momento que abrieras los ojos que fueron la ventana que me enseñó la vida, pero ya no se abrieron más. Podría creer que el destino ha sido cruel, pero a pesar de mi egoismo doy gracias a Dios por haberte tenido en ejemplo y apoyo durante estos años. Mis lágrimas brotan mezcladas de amor y tristeza; bendito sentimiento que las impulsa porque van arropadas con el agradecimiento de haber tenido un padre como tú. Pequeño me siento ante tu ejemplo vivo y eterno de hombre, marido y padre. Sé que no estás lejos, quizá aún te siento más cerca.Tenías 87 años que han dejado en los que te han conocido una profunda huella en sus almas y en su memoria. Mi fuerza brota de ti. Lo que he aprendido en la universidad, en mis viajes, en mi búsqueda y experiencia personal no son nada con lo que me has enseñado, maestro. Tu trabajo humilde, diario, siempre perfecto aún en lo más mínimo. Tus palabras, sabias y doctas, que reflejaban un saber más allá de los libros y las doctrinas; tu impecable presencia, que lo llenaba todo, ese "aristos" sin sangre azul pero con la pureza de tu espíritu puro y noble. Lo que en mi vida hay de triunfo y virtud es gracias a ti, el resto, mis errores, son solo el resultado de mis sordos oídos a tus mágicos consejos. Gracias, papá, por jugar conmigo, por apoyarme en mi búsqueda, por la paciencia con mis tropiezos. Todos te lloramos con la ternura y la admiración que mereces. Tu nombre fue premonitorio: Victoriano, "Invicto" y siempre vencedor desde la humildad que ensalza la verdadera grandeza del hombre que se define por sus actos, no por sus palabras. Tu mujer Carmen, mi madre, es ahora el reflejo de tu obra. Tus hijos siempre seremos "los pequeños", porque, ¡que alto has puesto el listón! Te queremos, papá. Y en tu honor intentaremos estar todos tus hijos por encima de esas mezquindades de la vida cotidiana, de eso que tu denominabas "menudencias", porque lo mejor, decías, es responder a la mezquindad con el porte amable del que sin agachar la cabeza no se arrodilla ante el mezquino, sino ante el enfermo, el dolorido o el que en su corazón pide una mano amiga que le apoye. Gracias, papá. Gracias de Victor Lúís, Pedro, Mª Carmen, Tono y mías, tus hijos. De los que acudieron a tu velatorio (tantas y tantas personas). Te prometemos el esfuerzo de vivir, ayudar e intentar ser mejores. A perdonar a los que provocan sufrimiento en nuestras vidas, y a pedir perdón cuando somos nosotros los autores de la ofensa.
Nos volveremos a ver, porque en esta vida... nada queda, solo el ejemplo sagrado de personas como tú, que sois las letras indelebles con que se escribe la Historia.
Te escribo esta carta tres años después de tu fallecimiento. Todavía estoy aceptando que físicamente ya no estás entre nosotros. Mi último recuerdo es tu tranquilo y bello rostro dormido en el hospital, rogando en aquel momento que abrieras los ojos que fueron la ventana que me enseñó la vida, pero ya no se abrieron más. Podría creer que el destino ha sido cruel, pero a pesar de mi egoismo doy gracias a Dios por haberte tenido en ejemplo y apoyo durante estos años. Mis lágrimas brotan mezcladas de amor y tristeza; bendito sentimiento que las impulsa porque van arropadas con el agradecimiento de haber tenido un padre como tú. Pequeño me siento ante tu ejemplo vivo y eterno de hombre, marido y padre. Sé que no estás lejos, quizá aún te siento más cerca.Tenías 87 años que han dejado en los que te han conocido una profunda huella en sus almas y en su memoria. Mi fuerza brota de ti. Lo que he aprendido en la universidad, en mis viajes, en mi búsqueda y experiencia personal no son nada con lo que me has enseñado, maestro. Tu trabajo humilde, diario, siempre perfecto aún en lo más mínimo. Tus palabras, sabias y doctas, que reflejaban un saber más allá de los libros y las doctrinas; tu impecable presencia, que lo llenaba todo, ese "aristos" sin sangre azul pero con la pureza de tu espíritu puro y noble. Lo que en mi vida hay de triunfo y virtud es gracias a ti, el resto, mis errores, son solo el resultado de mis sordos oídos a tus mágicos consejos. Gracias, papá, por jugar conmigo, por apoyarme en mi búsqueda, por la paciencia con mis tropiezos. Todos te lloramos con la ternura y la admiración que mereces. Tu nombre fue premonitorio: Victoriano, "Invicto" y siempre vencedor desde la humildad que ensalza la verdadera grandeza del hombre que se define por sus actos, no por sus palabras. Tu mujer Carmen, mi madre, es ahora el reflejo de tu obra. Tus hijos siempre seremos "los pequeños", porque, ¡que alto has puesto el listón! Te queremos, papá. Y en tu honor intentaremos estar todos tus hijos por encima de esas mezquindades de la vida cotidiana, de eso que tu denominabas "menudencias", porque lo mejor, decías, es responder a la mezquindad con el porte amable del que sin agachar la cabeza no se arrodilla ante el mezquino, sino ante el enfermo, el dolorido o el que en su corazón pide una mano amiga que le apoye. Gracias, papá. Gracias de Victor Lúís, Pedro, Mª Carmen, Tono y mías, tus hijos. De los que acudieron a tu velatorio (tantas y tantas personas). Te prometemos el esfuerzo de vivir, ayudar e intentar ser mejores. A perdonar a los que provocan sufrimiento en nuestras vidas, y a pedir perdón cuando somos nosotros los autores de la ofensa.
Nos volveremos a ver, porque en esta vida... nada queda, solo el ejemplo sagrado de personas como tú, que sois las letras indelebles con que se escribe la Historia.
Comentarios
Es curioso cómo, al ir creciendo en años, nos vamos acercando más a aquellos que nos dieron la vida. Nos vamos acercando y les vamos comprendiendo más.
Los padres son el espejo en el que nos miramos de pequeños, son el ejemplo a seguir, el modelo que nos marca los primeros pasos en esta vida...
Yo tengo a los dos, y no hay día que no dé gracias por tenerlos, por que hayan sido ellos mis padres.
Simplemente me ha parecido una carta hermosísima, una reflexión y un ejercicio de humildad éste que has plasmado, digno de mi más profundo respeto.
Tu padre estará orgulloso y sonriendo "invicto", a tu/vuestro lado... seguro!
Un abrazo!
Gracias por tus sensibles palabras. Mi padre fue un hombre excepcional y cada día lo tengo presente en mi corazón.
Que disfrutes muchos años de tus padres, de su presencia, de su ejemplo y de su amor.
Un fuerte abrazo.
Y es que es así... ...todos venimos y nos vamos en este gran viaje pero, mejor no pensar en ello. Sigamos adelante, como podamos y atesorando recuerdos y a esas maravillosas personas que se fueron pero, no del todo porque viven en nuestro corazón.
Saluditos.
Un abrazo.
A tu madre Carmen, mi reconocimiento y felicitación por tí, un hijo que sabe hacerle bien a la humanidad, dejarás huellas. A tu padre, por supuesto, también mi deferencia, se lo merece igualmetne.
Un abrazo gigante para tí Javier!
Gracias por tus palabras, le daré a mi madre tus saludos y para ti todo mi aprecio y mis oraciones sinceras para tu padre. Y también mi ánimo y calor espiritual para tu madre.
Un fuerte abrazo para ti y los tuyos.
Gracias por tus palabras, le daré a mi madre tus saludos y para ti todo mi aprecio y mis oraciones sinceras para tu padre. Y también mi ánimo y calor espiritual para tu madre.
Un fuerte abrazo para ti y los tuyos.
Yo perdí a mi padre cuando apenas cumplió 72 años, el vacío es intolerable, aunque transcurra el tiempo.
Un emotivo abrazo.
Gracias por tu mensaje en mi blog. Saludos
anamorgana
un abrazo
Un abrazo.
Un abrazo.
Se extraña la presencia física, pero yo siento también que mi padre HOY está más cerca de mí.
Mil besos,
Vero
Un abrazo.
Te conoce, te acompaña y te espera.
De ti hablo ahora, amigo mío; de ti
que siempre apareces cuando bramo
mis penas.
♥FELIZ DIA DEL AMIG♥
Verónica
♥♥♥♥♥♥
humano siempre emitiendo el hacer con el razonamiento conceptual al contrario del espiritual el cual nos conduce a los que quedamos en el plano terrenal a ser más compresivos y a ver y vivir la realidad más concientemente pecando muchas veces de abusar de la humildad.. y sí cambiamos en una sola palabra y es que cuando se ha vivido bien el viaje etéreo nos lleva a comulgar y a entender ese plano espiritual, y comenzamos entonces habitar con ellos todos los días en ese horizonte del recuerdo ellos sin voz, ni tiempo pero con memoria, historia donde ellos son el ejemplo, la fuerza, nuestra protección..... En ti se resume algo muy bonito y es que eres capaz de dar mucho amor, aún cuando tu padre no esta aquí aún continuas amandolo y eres capaz de escribir bonito para él...me lleno de conmiseración contigo... cuida a tu madre y le das de mi parte un beso en la frente y ojala el mismo se encienda como estrella que alumbre a los que pasan y que estan allí. un Beso para tí tambien Nersa.
Nota :no dejes de visitarme te estare esperando
Tus palabras me han emocionado.
Gracias por visitarme.
Un beso.