OPTIMISMO CONTRA REALISMO

Me considero una persona optimista sin que por ello haya renunciado a ser a la vez realista.
Y no lo considero una contradicción. Podemos adoptar ciertas conductas que nos ayuden a mitigar los sinsabores de la vida y a vivir con más plenitud. A mi me funciona.
Por ejemplo, ya he decidido hace tiempo levantarme con un "ayuno de noticias", es decir, no leo la prensa por la mañana ni escucho las noticias que de forma abrumadora saturan la radio, la televisión e Internet. Lo que hago es poner un poco de música suave de fondo mientras me ducho y a continuación preparo un nutritivo desayuno consistente en un par de piezas de fruta o un zumo natural de frutas y zanahoria, una tostada con miel o mermelada, un huevo cocido y una taza de kefir que alterno otros días con leche de avena y malta. Mastico despacio, haciendo caso del aforismo oriental que aconseja "masticar los líquidos y beber los sólidos". Antes de salir de mi casa hacia el despacho sonrío ampliamente ante el espejo del "hall" y envío mis mejores deseos de paz y de salud a personas que lo necesitan y doy gracias por la oportunidad de vivir un día más. Por el camino al trabajo repaso todo aquello que hay de positivo en mi vida y agradezco profundamente esos "regalos", pues muchas veces no reparamos en ellos por el estrés y la ansiedad de una vida vertiginosa que se pasa fugaz.
Por mis prácticas budistas procuro vivir "aqui y ahora", haciendo del momento presente mi estado temporal. La conciencia centrada en ese momento, con los sentidos abiertos a cada cosa que hago, ya sea en mi trabajo o fuera de él. Sé muy bien que "el mañana no es" y que ayer es una "ilusión marchita". A media mañana me tomo unn respiro de cinco minutos y le envío un mensaje a mi mujer para decirle que la amo y ratificarle que es un regalo divino haberla conocido. O llamo a mi madre o a un amigo para preguntarle simplemente como está.
Y a lo largo del día me voy enterando poco a poco de las principales noticias, para no "empacharme" de todos los desastres que se repiten machaconamente en todos los medios. (También hay muy buenas y positivas noticias que no se divulgan porque sencillamente "no venden").
Al terminar mi jornada laboral me voy al gimnasio una hora y de regreso a mi casa hago tres cuartos de hora de meditación en mi "zafu" antes de cenar. Y luego, antes de dormir, a leer, pues para nosotros los libros son un alimento esencial para el alma.
Tengo presente que nadie es perfecto y yo menos, pero procuro reflexionar cada día sobre mis errores, proponiendo cambios positivos.
La felicidad, en mi opinión, es un poco de todo esto. Y desarrollar una actividad solidaria en nuestras vidas es la base para que esa felicidad se consolide como algo mucho más satisfactorio y profundo. En mi caso he decidido donar todos los derechos de autor de mis libros a fines benéfico-sociales, como es el caso de "Cocina para sanar las emociones" y de mis próximos libros "Sexo...Naturalmente" y "Tratamientos naturales de urgencia". Esto me permite deleitarme con una afición que me proporciona un inmenso placer, la escritura, con una labor solidaria que da sentido a mi vida. Y apadrinar niños, que son el futuro de nuestra especie.
No hace falta grandes gestos, cada uno puede desarrollar estas o similares acciones. os comento esto no por un falso fariseismo sino para ofrecer ideas que sirvan de semilla para otras personas.
Y disfruta de las pequeñas cosas, porque cuando sabes que todo es impermanente y que nada tiene realidad por sí mismo sino por su relación con el resto, sientes que no estás solo, que más allá de tus percepciones existe un océano de energía al que perteneces; entonces comprendes el sentido sagrado de la tierra, de todo lo que te rodea...y vuelves a dar gracias por haber llegado hasta aquí.
Mis mejores deseos de salud y paz mental para todos vosotros.
Comentarios
Me acerco hasta uno de tus rincones para agradecer tu paso por mi orillita.
Hablas de la felicidad, hermosa palabra, y tan utópica... a veces!
A veces, porque como tú dices, la felicidad está en los peñenos momentos, en las pequeñas cosas de la vida, en todo eso que no apreciamos, que no nos percatamos de que están ahí (personas, cosas...)
Un abrazo!
Gracias a ti también por tu comentario, con el que además estoy absolutamente de acuerdo.
Un abrazo feliz.
si es que una cosa es ser budista y otra es ser humano y vivir en sociedad, y convivir con la hipoteca
En primer lugar me parece una absoluta falta de educación escribir un correo sin identificarse. Es como llamar a la puerta de una casa con el rostro cubierto.
No veo yo el cabreo y el "mal rollo" en mi artículo (cualquiera puede leerlo y comprobarlo). El hecho de practicar el budismo no me hace un ser indolente que "pasa de todo" y nada me prohibe criticar una medida que me parece abusiva. Y seguiré dando mi opinión sobre aquello que yo crea conveniente, pues para eso existe la libertad de opinión. Y claro, yo también tengo que pagar mi hipoteca, mis facturas y todo eso... no me las paga ningún Iluminado ni seres kármicos.
Y una medida budista y plena de tolerancia es que he publicado su comentario, a pesar de no identificarse y ampararse en el anonimato.
Mis mejores deseos para usted.
Gracias por su apoyo y por la visita a mi blog. Es un placer encontrar personas que comparten las mismas ideas y preferencias.
Un abrazo.
Millones de besos..... y ahora sí, a dormir, que llevo enganchada a tus blogs como dos horitas!!! jeje... Me ha encantado, ha sido como conversar un rato contigo.
Que tengas una feliz semana!
Te agradezco infinitamente tu visita a mis blogs, tu paciencia en leerlos y las reflexiones profundas que haces en cada uno, así como todo el apoyo que me das.
Mil besos y...gracias, amiga.
Gracias por escribir lo que escribe...
Te pregunto algo... hasta donde debe interesarnos el juicio que hacen los demas sobre nuestras acciones, mas cuando nos equivocamos ?
Es una grata alegría tenerte por este blog. Me alegro que te guste.
Los juicios ajenos debemos analizarlos con desapego y aprender de ellos, tanto si tienen razón como si no, pues siempre nos ayudarán a evolucionar.
Un fuerte abrazo, querida amiga.