ESQUIVANDO CODAZOS, EMBISTES Y EMPUJONES REPTILIANOS

Sí amigos, el título que encabeza este artículo es coherente con mi reflexión sobre "modos y conductas" que empiezan a ser un común denominador de nuestro convivir diario.
Cuando digo "reptiliano" me refiero a esa parte del cerebro primitivo que solo se rige por las emociones más básicas y es profundamente egoista e insolidario, típico de los reptiles y del cual tenemos reminiscencias evolutivas en nuestro entramado cerebral (aunque predomina en algunos humanos más que en otros).
Vamos a poner varios ejemplos:
Sales a la calle tranquilamente y conforme te vas cruzando con otros viandantes debes ir "esquivando" o haciendo "fintas" sin perder los reflejos para evitar que otros peatones te empujen, te embistan sin miramientos sin hacer un ligero ademán cívico y solidario de apartar ligeramente ese brazo o ese bolso para que no impacte contigo. ¡Que va! "¡Apártate tu!" es la norma imperante. No importa que el que viene de frente venga solo o en un apretado conjunto de acompañantes amurallados; ni un ligero gesto de desviar un poco el codo, la mano... que va. Si no lo haces tu...¡Plaf! Encontronazo y a seguir caminando hasta el siguiente "punto de encuentro".
Y no hablemos de los centros comerciales, de los carritos de la compra usados a modo de cuádrigas romanas por hombres y mujeres que dan rienda suelta a atávicos impulsos de dominio y de violencia contenida. O los que se cuadran impávidos delante de las escaleras mecánicas en agradable y entretenida charla con otros reptilianos tertulianos, mientras tu intentas esquivarles por algún resquicio libre u optas por decirles amablemente "que se aparten hacia un lado" y en ese caso te miran con "cara de pocos amigos", sintiéndose ellos los ofendidos.
¿Les hablo también de los niños "sueltos a sus anchas" en cualquier sitio mientras su mamá, papá o abuela leen "filosofía rosa" o charlan entretenidamente sin importarles lo que hace su vástago? Y no se te ocurra llamarle con corrección la atención al infante que te está "tocando las narices" en el término literal de la frasecita, porque te las tendrás que ver con la madre, padre o abuela, que son fiel reflejo de una "antipedagogía" cultural que hoy es reina y señora de esta sociedad.
Me preocupan estos signos que indican la decadencia y la desidia de una sociedad que prefiere ver su ombligo como centro del mundo y desprecia de forma flagrante los mínimos principios de convivencia, tolerancia y respeto "al otro", que es el fundamento de lo que debería ser nuestra Cultura y la piedra angular de la convivencia.
Menos mal que el Budismo me ha dado paciencia y tolerancia...
Comentarios
Un saludo
Un cordial saludo.
Besos!!!!!!!!!!!!!!